Para que tu visita al veterinario no se convierta en una película de misión imposible, te dejamos estos consejos de la mano de Royal Canin.
Todos sabemos que los gatos tienen un sexto sentido para detectar cuando estás tramando algo. Especialmente si ese «algo» implica una visita al veterinario.
Si has intentado meter a tu gato en el transportín, sabes que puede ser más difícil que tratar de meter un pulpo en una maleta. ¡Pero no temas! Royal Canin nos da unos consejos infalibles para que esta misión imposible se convierta en un paseo por el parque.
Vamos paso a paso, con un toque de humor para que la experiencia sea lo más llevadera posible para ti y tu gato.
- Elegir el transportín ideal.
Necesitas un transportín que sea digno de un gato rey (o reina). Nada de cajas improvisadas ni bolsos de gimnasio.
Royal Canin recomienda uno rígido, fácil de abrir y lo suficientemente grande para que tu gato pueda moverse. ¿Un truco? Deja el transportín en casa abierto para que le sea familiar, con una manta suave y su juguete favorito dentro. Así, tu gato pensará que es un escondite genial y no una trampa para ir al veterinario, así evitamos que se estresé.
2. Familiarizarlo con el transportín.
Imagina que eres un gato y de repente ves un objeto extraño que huele raro y hace ruidos sospechosos. ¿Te meterías dentro? Probablemente no. Así que, dale tiempo a tu gato para que se familiarice con el transportín. Ponle dentro algunas golosinas o catnip para que lo asocie con cosas buenas. Incluso puedes usar una camiseta vieja tuya para que huela a ti. ¡Nada como un poco de olor a su humano para calmar a tu minino!
3. Planea la visita como un ninja.
La clave para llevar a tu gato al veterinario sin drama es la planificación. Llama a la clínica y pregunta cuales son las horas menos concurridas. Menos perros ladrando y menos humanos nerviosos significan menos estrés para tu gato. Mucho mejor si es una clínica especializada solo en gatos, hay menos estrés.
También, asegúrate de tener todo listo la noche anterior: el transportín, una manta, algunas golosinas y toda tu actitud zen.
4. Mantén la calma y sigue adelante.
Los gatos son como esponjas emocionales, ellos captan tu estado de ánimo. Si tú estás nervioso, ellos lo estarán el doble. Así que, aunque sientas que tu corazón va a mil por hora, respira hondo y habla con tu gato en un tono tranquilo y suave. Puedes ponerle música relajante o incluso probar con sonidos de la naturaleza. ¿Qué tal una playlist de Spotify para gatos? ¡Sí, existen! No dudes en probarla.
5. El viaje en coche, un paseo de aventura.
Cuando llega el momento de subir al coche, cubre el transportín con una manta ligera para que tu gato no se asuste con el paisaje en movimiento. Evita los ruidos fuertes y la música estridente. ¿Un consejo extra? Lleva un poco de agua y algunos snacks para el viaje. Si es un trayecto largo, haz paradas para revisar que todo esté bien, pero evita abrir el transportín en lugares no seguros. ¡No querrás una fuga peluda en medio de la avenida!
6. Llegada a la clínica: El momento de la verdad
Cuando llegas a la clínica, mantén a tu gato en el transportín hasta que sea su turno. Si la sala de espera está llena de perros ladrando y gatos bufando, intenta encontrar un rincón tranquilo o pregunta si hay una sala de espera especial para gatos. ¡Algunos veterinarios tienen áreas separadas y con feromonas para reducir el estrés de los felinos!
7. Después de la Batalla: Tiempo de Relax
Prueba superada ¡Felicidades, has sobrevivido a la visita al veterinario!
Ahora es momento de que tu gato se relaje. Al llegar a casa, no lo fuerces a salir del transportín de inmediato. Deja que se tome su tiempo y salga cuando se sienta seguro. Dale su snack favorito o pasa un rato jugando con él para que asocie la vuelta a casa con algo positivo. Recuerda, tu gato también necesita un poco de tiempo para procesar todo lo que ha pasado.
Tips Adicionales de Supervivencia
- Kit de Emergencia: Lleva siempre una bolsa con algunos suministros básicos: una toalla extra, una bolsita de snacks y un juguete pequeño.
- Habla con tu Veterinario: Algunos gatos se estresan mucho con las visitas al veterinario. Habla con tu veterinario sobre opciones para reducir el estrés, como feromonas en spray o incluso medicación suave si es necesario.
- Práctica en Casa: Si tu gato es especialmente difícil, practica con el transportín en casa. Haz simulacros de viajes cortos para que se vaya acostumbrando a la rutina.
Llevar a tu gato al veterinario puede ser una odisea, pero con estos consejos de Royal Canin, tienes todas las herramientas para hacerlo más llevadero. Las visitas regulares al veterinario son esenciales para mantener a tu gato sano y feliz.